17/6/13

TIROS DE ATRAS-ADELANTE

Buscando el tiro perfecto


Todos tenemos un tiro perfecto con el que soñamos, ya no el clásico  letal de corazón, pasar ambos pulmones o; rizando el rizo, el que afecta a la columna. Seguir rastros de corazón y ambos pulmones más de 100 metros no es algo extraño, la fortaleza de estos animales es increible y cada día me asombro más, que también aprendo.
Pero si hay un tiro efectivo y a la vez que me reconforta personalmente y que siempre busco es el de atrás adelante, aunque cueste 30 minutos de espera ver como el animal toma esta postura en el cebadero.
Efectivo porque la flecha entra limpiamente en la caja torácica sin tocar costillas que lo desvíe o frene y porque en su trayectoria siempre hay algún organo funcional que se ve dañado. También la posterior carrera con la flecha dentro y la ausencia de huesos y el movimiento muscular permiten que la punta de la flecha lacere en el interior mayor masa muscular o lo que es mejor, alguna arteria importante.
La muerte es incluso más certera y el jabalí acaba desplomándose más cerca de lo que pensamos. He encontrado jabalies muertos de esta manera en apenas 25 metros, alguno incluso con la punta de la flecha saliendole por el pecho (ver foto).
La verdad es que reconforta oir como tras un tiro certero y un acuse del jabali con ese tiro hacia delante acompañado del clásico OINK! ver como un  minuto después oimos el suspiro que acompaña la muerte limpia, justa y decente.
Es un tiro complicado pues la superficie de tiro letal se reduce ya que el animal no lo tenemos de lado, pero por otro lado, al permanecer en esta posición el animal no nos esta viendo y su capacidad de oído esta limitada por la posición de su cabeza.
Además, un jabalí colocado de esta manera nos está dando un voto de confianza muy grande ya que no recela de lo que sucede en su trasero, donde estamos puestos.
Hace tan sólo tres dias tuve oportunidad de repetir este lance, pero......
me gusta contar los lances que no llegan a fín. Aqui está lo que sucedió esa noche.
Con el cebadero parado pues los campos están a tope de comida y mis cebaderos en lo mas sucio del bosque estan ahora viviendo su particular crisis de visitantes. Empieza a hacer calor y el jabalí ya ha cambiado sus encames de invierno por los de verano.
Desconecto el motor del cebadero pues con la comida en el suelo que se iba acumulando, era un sin sentido seguir cebando antes de que ésta desapareciera del suelo pues ya habian acumulados al menos tres o cuatro de kilos de maiz en el suelo. Coloqué un par de piedras en medio de ese monton de maiz que ya habia empezado a germinar. Dos piedras planas de tamaño mediano me indicarían cuando algún jabalí empezaba a tomar de nuevo el cebadero.
El caso es que una espera tras otra, un deambular entre puestos para decidir en cual ponerme y después de ver las fotos de la cámar me hizo decantarme por este puesto. Había un jabalí macho que me hacía visitas ocasionales, una o dos veces por semana pero me gustaba los horarios que tomaba e incluso alguna vez cercano al ponerse el sol.
El problema es que
Ultimamente en esta pasada semana ya había conseguido volver a centrarlo todos los dias y a una franja horaria cómoda (entre las 22h-0 horas) aunque de esto solo me di9 cuenta despues de haberle tirado al comprobar la cámara de fotos.
Bien, el caso es que veía como poco a poco el grano desaparecía pero las piedras delatoras seguian en el mismo centro del montón de maiz. Llegué incluso a hacer fotos con el móvil desde mi puesto, para luego poder ir comprobando que pasaba, pues las piedras seguían allí y a priori era una noche más de ausencia de visitantes.
El caso es que ya me empezaba a mosquear pues podia comprobar que efectivamente el grano desaparecía por el perímetro. Enseguida viene a la cabeza el maiz que puedan comer palomas, arrendajos o urracas que en ocasiones los veía por la tarde. Pero por otro lado me hacia idea del tamaño del estomago de estas aves y que tal cantidad no era cuestión de tres palomas y cuatro urracas en tan poco tiempo. Pero las piedras delatoras seguían alli, ningún animal las habia movido.
Me armé del "piensa mal y acertarás" y me hice la idea de que posiblemente tenía un jabalí de nuevo en el cebadero.
Esa noche pensaba averiguar que estaba pasando, después de cuatro noches sin coincidir con el visitante.
Llegadas la medianoche ya empecé a oir los primeros sonidos de ramas rotas. Ya esta aqui, aunque veinte minutos despues todavia no estaba el jabali cercano al cebadero. Siento como deambula a la izquierda, apoyado en lo cerrado del monte y poco a poca se va acercando. Llega a 20 metros del cebadero y ya no hay duda; se trata del visitante. Luego tuerce a la derecha , por donde suele entrar y realiza su particular acercamiento paso a paso.
Enseguida lo reconozco y lo identifico como el hermano del machete que le quité hace un mes; esta vez solo ya que en aquella ocasión se apoyaban el uno al otro para entrar y ahora tocaba hacer los deberes en solitario. Si hay algo que me preocupaba de este jabalí era por un lado la confianza en el cebadero pero por otro lado, que se tiraba más de una hora en la zona del cebadero, según podia resumir de las fotos anteriores de la cámara incluso que le gustaba visitar el cebadero varias veces en la misma noche.
Y en efecto, tras cuarenta minutos del consabido rastreo para poder entrar y cuando apenas estaba a una decena de metros del cebadero, se decide finalmente a avanzar con los últimos pasos ya directo al maiz.
Poco a poco va comiendo del borde de la mancha de grano en el suelo, siguiendo su lado pero sin desplazar las piedras que había en el centro, lo que al final me demostraba que estaba en lo cierto y que el maiz desaparecía. Unos pasos más adelante y siempre bordeando el maiz y comiendo de su lateral, iba ganando su confianza pero sin esa paradita que hacia aún con el bgrano en la boca, de tres o cuatro segundos con la cabeza levantada.  Un mes queda de aquella competivvidad con su hermano en la que llegaba a tumbarse en el centro del maiz para no dejarlo comer.
En una de esas me muestra su trasero, pero va poco a poco corriendose siguiendo esa línea imaginaria del borde del maiz. Otra vuelta y me vuelve a mostrar sus partes más intimas.
Me sonrio, pues eso demuestra que no presupone mi postura. Aunque le dejo que siga comiendo, por temor a que me pueda oir y buscando de nuevo la postura m´ñas favorable. Poco a poco de nuevo se va corriendo y me muestra su lateral, pero me niego a tirarle de lado ya que su cadencia en levantar la cabeza puede dar al traste con todo. Me imagino una nueva oportunidad si se vuelve a poner de culo y efectivamente, la vuelve a repetir.
Ahora si, solo me separan 10 metros del jabalí y de la punta d emi flecha.. Ya con el arco en la mano me dispongo a abrirlo sin complicaciones y apuntar. Por fín tengo mi tiro de atrás hacia delante- Sitúo el punto laser de arriba hacia abajo y lo voy corriendo de la cabeza hacia detrás. En ese momento y cuando voy por el cuello el animal decide levantar la cabeza -como venía haciendo toda la noche- y termino cometiendo un error al interpretar que el animal iba a salir disparado, cuando realmente era su cadencia. El cerebro me ordena soltar la cuerda del arco y PLAS, golpe seco y sonoro que da con mi larga espera en un fallo a apenas un palmo de su cuello, con la flecha clavada en el suelo.

2 comentarios:

  1. Suelen ser muy mortales si salen bien pero no son siempre así. Por dos razones:

    la zona vital disminuye y el menor movimiento del animal nos desbarata la trayectoria inicial incluso teniendo impactos no mortales.

    Y se suele impactar en hueso duro a la salida lo que hace que el animal sienta dolor y salga de estampida hasta caer muerto. Dificultando enormemente el cobro en no pocas situaciones.

    Si estoy en un puesto muy arrimado y en alto lo hago si el animal esta tranquilo o templado.

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  2. Coincido plenamente, ten en cuenta que en el relato se habla siempre de una distancia corta (10 metros) que es la habitual de las distancias a las que solemos tirar los arqueros y de noche (10-18 metros).

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